Durante los años 70, Argentina enfrentó una crisis política que impactó gravemente la psicología, paralizando discusiones sobre su práctica y generando violaciones a los derechos humanos. En respuesta, la Federación de Psicólogos de Argentina (FePra) estableció un código de ética para estandarizar y proteger la profesión. Este código se enfoca en cinco áreas: respeto por los derechos humanos, reconocimiento de competencias, compromiso con la profesión, integridad y responsabilidad social. Los psicólogos deben respetar la dignidad del paciente, reconocer sus limitaciones profesionales, promover el conocimiento y actuar con integridad.El código también incluye mecanismos de regulación para la conducta profesional, aunque las sanciones no son obligatorias. Las violaciones pueden ser juzgadas por la ley nacional en casos de derechos humanos, mientras que la FePra supervisa a los profesionales. Si un psicólogo incumple las normas, es juzgado ante la federación, que tiene un rol fundamental en la regulación del ejercicio.Por otro lado, en España, el Colegio Oficial de Psicólogos (COP) surgió en un contexto donde la psicología buscaba reconocimiento como profesión autónoma. El COP desarrolló un código deontológico para unificar criterios éticos y abordar la creciente relevancia de la psicología. Este código detalla ocho áreas, incluyendo principios generales de ética, competencia profesional, intervención con pacientes, investigación, manejo de información y publicidad.El Consejo General del COP supervisa el cumplimiento del código y tiene autoridad para sancionar violaciones, enfatizando que los psicólogos deben actuar con conciencia y responsabilidad en su práctica, protegiendo siempre la integridad de los pacientes.